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MENTE Y CORAZÓN por M.R.

“Eres un cabezota”, “mi hermano es muy cerebral”, “tienes que hacer de tripas corazón”, “he tenido una corazonada”, “lo nuestro fue un flechazo”…

Estas frases que hemos dicho u oído miles de veces son la base de lo que quiero compartir y tienen más profundidad de lo que parecen. Hablan, según el caso, de por qué nos dejamos llevar más, si por los sentimientos o por los pensamientos (o razonamientos).

Yo creo que todas las personas que estáis leyendo esto ahora mismo, habéis tenido un flechazo alguna vez; solo con ver a una personas determinada en un momento determinado y a veces, sin hablar si quiera con ella, hemos tenido la seguridad de que era nuestra media naranja. Nos hemos enamorado en una fracción de segundo, y es en este punto donde me quiero detener.

Ese flechazo, reconozco que es precioso, pero es una sensación irreal. Enamorarse es sentir amor por alguien, y eso en su expresión verbal es amar; y amar es, según los entendidos, dar la vida por la persona amada. Entonces, reconozcamos que, a una persona que nos ha “deslumbrado” en un momento de atracción y quizá no hemos cruzado una palabra con ella, no daríamos nuestra vida por la suya. Lo correcto es (o sería) conocer a esa persona (mucho), saber sus valores, si es persona buena, justa, coherente, equilibrada, responsable, sana, o si por el contrario es cruel, sin valores, sin escrúpulos, inmadura… Conocerla de tal manera que no dudemos de que sea al máximo compatible con nosotros. Abogo, por una decisión en la que los sentimientos se complementen con los pensamientos.

Decía Aristóteles que la máxima virtud es el equilibro, y como animales racionales, esto debería ser algo sencillo e inherente de conseguir; nuestros compañeros irracionales funcionan mayoritariamente por su instinto y en un pequeño porcentaje por sentimientos y pensamientos.

Tenemos un cerebro que, por algún motivo es capaz de dictarnos órdenes coherentes, razonables, razonadas e inteligentes y un corazón que nos “endulza” con amor, cariño, pasión, bondad…Sería buenísimo que supiésemos combinar estas dos armas tan poderosas en nuestro propio bien y en el de los nuestros.  No nos dejemos llevar por nuestro primer impulso, dejemos ese comportamiento para los animales, que en muchos casos muestran más inteligencia que nosotros mismos.

El mismo rasero habría que recomendar a esas personas cerebrales que se pasan la vida analizando datos y comparando situaciones. Aquellos que no experimentan sentimientos ni sensaciones. Pienso que tienen una vida muy triste.

Lo dicho, amigos, combinemos nuestra mente y nuestro corazón.

M.R.

 


LA CREATIVIDAD por E.F.H.

La genialidad puede estimularse con la práctica. Remolonear en la cama, pasear, meternos en la ducha o incluso sentarnos en el baño son actividades propicias para la inspiración.

Nuestro cerebro que es tan poca cosa, pero realmente un gran ordenador una pedazo de máquina.

Con apenas 1,5 kg de peso, donde aproximadamente el 85% está compuesto de agua, que utiliza diariamente sobre unos 75 litros de oxígeno y que la circulación sanguínea es de unos 1200 litros diarios que consume energía, sobre el 20% de todo el cuerpo, consumiendo entre 10-23 watios en vigilia (despierto).

Todas las tareas relativas nos entran por el córtex prefrontal a una velocidad nada pequeña, sobre unos 431 km/h y además tenemos aproximadamente unos 100.000 millones de neuronas para ser utilizadas. Pues ya sabemos que utilizamos un tanto por  ciento ínfimo.

Esto quiere decir por ejemplo: que una porción del cerebro como un gramo de arena supone que tiene aproximadamente 40.000 neuronas.

¡UTILICEMOS, LAS MÁS POSIBLES!

Los pasos son muy sencillos:

 

  1. Salir de la zona de confort e inactividad.
  2. Dejar que la mente se evada y vuele.
  3. Mover el cerebro por los pies (caminar)

Estos pasos y los que comenté al principio son una buena terapia para aumentar nuestra creatividad y desarrollar nuestra mente.

También tenemos una momento que es clave para la creatividad: el instante de transición entre el sueño y la vigilia, que es cuando la línea entre la conciencia y el subconsciente se difumina.

Ya en un escrito anterior nos hacíamos la pregunta: ¿podemos fiarnos de nuestra inspiración? La respuesta sin lugar a dudas es Sí. Llegamos a la conclusión que podemos entrenarlos, aumentarlos y aprovecharnos.

Nuestro cerebro es potente y no digamos nunca no puedo, eso es de seres muy flojos.

Aprovechemos lo que tenemos y a potenciarlo.

E.F.H.


LA ESCLERÓTICA BLANCA MÁS HUMANOS NOS HACE por F.L.N.

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La tierra ya tenía una larga historia de miles de millones de años, cuando la actividad de diferentes organismos con ciertos elementos a favor, hicieron posible la formación de la vida. Aparecieron luego diversas especies de las que una de la más singular, el género humano.

Hará relativamente poco, unos 10.000 años tan solo, que empezará a comportarse de manera extremadamente peculiar. Si todas desde siempre se adaptaban a su entorno, a pesar de sus cíclicos cambios constantes, nuestra particular especie adaptará, más bien, dicho entorno a su beneficio, modificándolo todo cuanto pudo. Así cuando cada especie dejaba su inevitable huella de su paso por el planeta; esta última dejará grandes y profundas heridas, que haciendo caso a la ley de Murphy, es cuestión de tiempo que se infecten.

Dramatismos a parte, nuestra rareza viene de lejos, tanto para bien como para mal, pero el caso es que la especie prosperó: salvó incontables obstáculos, superó situaciones adversas y sobrevivió a desconcertantes trasformaciones que podían parecer hasta carentes de lógica.

Cambiamos los enormes y afilados colmillo iniciales, al estilo de Drácula, por otros de menor tamaño, más apropiado para los besos. Perdimos masa muscular y ósea, pero ganamos un cerebro más grande y complejo, aunque sin el manual de uso (nobody is perfect).

Con todo y con eso, somos el único animal capaz de juntar la punta del pulgar con la de cualquier otro dedo de la misma mano. También hemos inventado el pensamiento, sentimiento y humor, gracias al complejo y gran cerebro que aún no sabemos usar casi. Además de la imaginación, emoción y conciencia que son aún de monopolio humano. Es que somos la hostia, se podría decir, resulta que es gracias, en gran parte, a esta mirada perfilada en blanco, un rasgo que solo los humanos tenemos de serie.

Varios estudios apuntan que la clave verdadera de nuestra prosperidad y supervivencia reside en la esclerótica en tono claro, nada menos que “el blanco de nuestros ojos”.

Dicen que la especie fue prosperando según fortalecía las colaboraciones, los vínculos e incluso las dependencias, primero entre distintos miembros, luego entre grupos de varios individuos para finalmente construir grandes y prósperas sociedades bien organizadas, como las que conocemos hoy.

Si la colaboración y organización social, o sea, el bien común, fue la base de nuestra prosperidad; los ojos fueron y son una herramienta esencial en el funcionamiento social del ser humano. Y la esclerótica refuerza esta función, haciendo de ellos aún más eficaz. Una ventana a la mente de su portador, ideal para compartir intenciones. Facilita crear el obligado ambiente de confianza necesario para poner en común las cabezas, interconectar los cerebros e intercambiar más que informaciones.

Si un cerebro ya es extraordinario, la suma y colaboración entre varios; aún más asombrosa será con toda seguridad además se sabe que un cerebro es mucho más eficaz que cualquier otro músculo del cuerpo con su fuerza bruta.

Volviendo a la mirada y los ojos, veremos que en la capacidad de dirigir la mirada en una dirección y la cabeza en otra o mover la mirada sin girar la cabeza; casi nos supera el camaleón, que mira con cada ojo en una dirección diferente, si no fuera porque tiene mayor importancia lo nuestro. Que una vez más, gracias a la esclerótica podemos advertir a los demás dónde miramos y a más distancia; detalle muy interesante, cuando la cooperación tiene una mayor relevancia para la supervivencia de la especie.

También recibimos señales hormonales, como la oxitocina que modula nuestras respuestas ante las miradas de otros, a través de ella.

Un experimento reciente, reunió a un grupo de personas desconocidas entre sí; enfrentados por parejas, tan dispares que solo se asemejaban por el blanco de los ojos, literalmente dicho. Les bastó con unos pocos segundos, mirándose a los ojos para que estallara una tormenta de emociones muy contagiosas. Ningún participante pudo librarse de esas fuertes reacciones causadas por alegría, pena, amor, repulsión, miedo, cólera y otras no identificadas, sin necesidad de mediar palabra.

Investigadores de la Universidad de Amsterdam, observaron que tanto los chimpancés como los humanos, imitan el tamaño de la pupila de su interlocutor y la esclerótica sirve para reforzar el efecto de este tipo de interacciones.

Se pudo desarrollar esta función como mecanismo de defensa, dicen H. Kobayashi y S. Khoshima, los primeros en profundizar en el estudio de la esclerótica y suyos son muchas de las teorías aquí vertidas. “Somos capaces de detectar el miedo en los ojos de nuestros congéneres”, explican, “incluso cuando no hay amenaza aparente o consciente: una clara ventaja para la rápida identificación del riesgo”, concluyen.

A diferencia de las señales vocales, la comunicación visual tiene además la conveniencia de ser silenciosa, ideal cuando existe la posibilidad de ser detectados por presas u otros depredadores.

Pero quizá su función más importante hay que buscarla desde el punto d vista de la empatía en general, característica que mejor nos define como “aquel que se compadece de las desgracias de sus semejante, persona tolerante y comprensiva al actuar y juzgar a los demás”, es decir, humano, tal y como lo define la RAE.

Es exactamente lo que soy o debería ser, pero también es lo que veo o debería ver al mirarme a los ojos; a no ser que tengas la esclerótica de otro color.

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F.L.N.


NUESTRA MENTE: ALIADA O ENEMIGA por M.A.I.S.

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“Si te sientes dolido por los acontecimientos o cosas externas, no son éstas las que te causan ese dolor sino tu propio juicio acerca de ellas. Y está en ti el poder cambiarlas ahora mismo”. Marco Aurelio.

Esta cita del emperador romano Marco Aurelio, deja claro el poder de la mente sobre nuestras emociones y conductas. El mundo en el que nos desenvolvemos tiene mucho que ver con lo que pensamos, pero no es el responsable, son las interpretaciones que hacemos las que nos causan determinadas emociones, pero en vez de responsabilizarnos de ello tendemos a culpar a los que nos rodean y a “lo mal que están las cosas”.

Nuestra mente elabora ideas, ilusiones, y deseos que pueden causarnos angustia y sufrimiento si no se materializan. Además, se ha de tener en cuenta que en ocasiones, el resultado que se nos presenta está ligado al control de otros que a su vez, están subordinados a diversos factores tanto humanos como materiales.

El cerebro humano es plástico y moldeable, está demostrado que se pueden modificar las actividades psicológicas cuya función es la de adquirir conocimientos oponiendo así una barrera a los dominicos afectivos causantes del malestar psíquico, que muchas veces no está justificado al ser fruto de una disociación de la realidad. Por lo tanto, se hace necesario pensar de forma productiva, es decir, tener cierto control sobre nuestros pensamientos, analizándolos sosegadamente, para ser capaces de diferenciar los que podemos afrontar de aquellos que por estar fuera de nuestra capacidad y control no merece la pena perder el tiempo en ellos. De no actuar así podríamos perder la perspectiva de lo inmediato y presente.

Suele ser muy útil escribir sobre las emociones negativas causadas por comentarios, críticas, o situaciones que identificamos como dañinas e injustas para con nosotros. Escribiendo todo lo que nos viene a la cabeza en forma de respuesta hacia esa o esas personas de las que inicialmente pensamos que “buscan perjudicarnos” y dejando pasar un tiempo para volver a releer lo escrito observaremos  que en numerosas ocasiones la sensación de malestar se ha suavizado e incluso a veces desaparece pues siendo el causante una persona de la que sabemos que nos aprecia y a la que apreciamos, deduciremos que no era su intención perjudicarnos. Y si procede de quien es intrascendente para nosotros, igual de intrascendentes han de parecernos sus teóricos “agravios”. Claro está que esta forma de entrenar nuestro cerebro no trata de transformarnos de un día para otro en personas con exceso de positividad u optimismo, hemos de tener claro que en el devenir de la vida pasaremos por buenas y malas etapas.

Ser realistas y objetivos es algo primordial, e implica no crearnos expectativas para las que no estamos capacitados y sobre las que no tenemos un efectivo control. Evitaremos los pronósticos y predicciones sobre todo aquello que presumimos conocer, pero que en realidad no están fundamentadas en información veraz, pues al verificar que éstas no se cumplen nos frustraremos generando en nosotros sensaciones negativas de las cuales responsabilizaremos a quienes nos negaron lo que pensamos que era lo justo, no admitiendo que fuimos nosotros los constructores de una estructura de ideas expectativas y pronósticos que realmente no tenían base alguna en lo tocante a la objetividad.

Todo en la vida es elegir, unas veces acertaremos, otras no, por ello procuremos disfrutar de las primeras, desechando las que no podamos rectificar al estar fuera de nuestro control. Hay que aceptar el error como parte del juego de la vida y lo haremos sin victimismo pues éste solo aporta angustia. De igual manera que no decidimos ni donde, un cuando nacemos, tampoco podemos decidir dejar de tener pensamientos, pero sí podemos entrenar la mente para buscar soluciones favorables a éstos. Para ello se hace necesario el autocontrol,. Pues no está en nuestras manos prever todos los acontecimientos, en nuestra capacidad está el convertirlos en una buena ocasión para vivir con el menor grado posible de angustia, ansiedad y sufrimiento.

M.A.I.S.  


HOMO SAPIENS por TONY (Colaboración desde CP Estremera)

HOUSTON  - AUGUST 28:  A sculptor's rendering of the hominid Australopithecus afarensis is displayed as part of an exhibition that includes the 3.2 million year old fossilized remains of "Lucy", the most complete example of the species, at the Houston Museum of Natural Science, August 28, 2007 in Houston, Texas. The exhibition is the first for the fossil outside of Ethiopia and has generated criticism among the museum community and others that believe the fossil is too fragile to be moved from it's home country. (Photo by Dave Einsel/Getty Images)

Cuando Lucy murió con 20 años, su familia no celebró funeral, tampoco la dieron sepultura. Claro que albergaban buenos sentimientos  por ella, de hecho creo que Lucy no hubiera celebrado ningún tipo de ceremonia si algún familiar suyo hubiera fallecido. Y es que Lucy fue una Australopithecus que vivió aproximadamente hace 3 millones de años en África.

Todos los humanos estamos, de algún modo, emparentados con ella, bien somos descendientes directos o lo somos de alguno de sus pocos congéneres.

Lucy es Eva.

Si nuestros ojos pudieran ver a través de los siglos, nos daríamos cuenta de que se parecía más a un mono que a un humano. ¿Qué la hacía especial? ¿qué diferencia poseía de los primates anteriores para considerarla el primer escalón hacia el sapiens?.

¡¡Ella y los suyos se pusieron en pie!!. Dejaron libres las dos extremidades que ahora nos permiten teclear el ordenador, afeitarnos…, este no era su objetivo claro, se levantaron para, con sus manos libres, poder cultivar alimentos o sería más exacto decir recolectar alimentos. También obtuvieron la ventaja de, al tener la cabeza más alta y por ende ver más allá, detectar posibles peligros.

Para saber de nuestro bipedismo tendríamos que  viajar millones de años en el pasado y, sin embargo, no lo hacemos a la hora de interesarnos, intentar comprender nuestros temores o miedos, motivaciones o nuestras neuras.

Pensamos en todo sin perspectiva, cayendo erróneamente en argumentos ridículos. A veces tenemos la explicación de nuestros traumas, manías o formas de comportarnos y no vamos más atrás de nuestra infancia.

Y gracias a los conocimientos de genética y epigenética podemos ser más conscientes de cómo nos pueden influir nuestros padres, abuelos, bisabuelos… pues bien, aún nos quedamos cortos, si quisiéramos ampliar la comprensión de nosotros mismos, deberíamos tirar de ese hilo de unos millones de años y llegar hasta Lucy.

Ese tirar para atrás es un viaje al centro del cerebro. El encéfalo es como los anillos del tronco de un árbol, que va creciendo con los años.

La evolución es un apilamiento de estratos. En concreto, de tres. Podríamos considerar a cada uno “un cerebro”, porque tiene su propia inteligencia, su propio sentido del espacio y de la memoria. El más profundo, el que está en el centro, se denomina “cerebro reptiliano”. No piensa, ni tiene emociones, actúa por reflejos. Lo envuelve el cerebro límbico responsable de las emociones. Y en la superficie, el neocórtex, el que nos caracteriza como sapiens, el que se encarga de nuestro pensar. Aunque los humanos vamos muy de intelectuales, no sólo empleamos el neocórtex, utilizamos los tres cerebros constantemente.

Por debajo de nuestra intelectualidad, está Lucy, manejando los controles, y si profundizamos más, nos podríamos encontrar otros mamíferos y reptiles al mando.

Citando a Desmon Moruis, Zoólogo, nos habla de la “importancia de bucear más allá de los motivos racionales que empleamos para explicarnos”. “Hay ciento noventa y tres especies vivientes de simios y monos. Ciento noventa y dos están cubiertas de pelo. La excepción la constituye un mono desnudo que se ha puesto a sí mismo el nombre de Homo Sapiens”.

Esta rara especie pasa una gran parte de su tiempo estudiando sus más altas motivaciones, y una cantidad de tiempo similar ignorando a conciencia las más básicas y fundamentales.

Reflexionando Gustav Jung dijo: “una vez se ha hecho todo lo que se pudo hacer, queda todavía lo que se podría hacer si uno tuviera conocimiento de ello”. Pero, ¿cuánto sabe un hombre de sí mismo?.

Doy por hecho que sois y soy consciente que no estoy en poder de todos los conocimientos mencionados en estas letras, simplemente leyendo y leyendo he recopilado datos y más datos y con ellos he intentado plasmar una idea, más o menos acertada en mi forma de plasmarlos… haberlo logrado es algo que vosotros, quienes leáis estás letras debéis decir.

Tony


GLOBALIZACIÓN Y CAMBIO CLIMÁTICO IGUAL A DEBILITAMIENTO CEREBRAL Y RECALENTAMIENTO DE LOS HUEVOS por M.A.I.S.

Excelentes-tips-para-no-perder-la-concentración

Ahora entiendo por qué los responsables de Nómadas nos suelen pedir que seamos lo más breves posible en nuestros textos. No, no es únicamente por la limitación de espacio en las publicaciones o en el Blog. Algo tendrá que ver con la difusión de una noticia en la que se nos dice que nuestra capacidad de concentración cae en picado.

Un estudio realizado por una prestigiosa universidad, refleja que nuestra capacidad para concentrarnos en un tema cualquiera, no podemos rebasar los 10 minutos, sobre todo esto sucede en las nuevas generaciones. Por ello trataré de ajustarme a ese tiempo escribiendo algo relacionado con este asunto y algo ligero en su contenido para comprobar si puedo estar concentrado al leerlo, sin caer en el “desconcentrador” entretenimiento.

Según el estudio esta acusada pérdida de la capacidad de concentración tiene mucho que ver con el abusivo uso de internet; el cual está modificando la forma en que nos relacionamos, pensamos y recordamos. Además, está cambiando nuestras funciones cerebrales. Todo tiene que ser más rápido – 300/400 megas – pues si se tarda más de un segundo y medio en descargar una página, mayoritariamente se desecha esta función.

Necesitamos rapidez en obtener “información” aunque ésta suele ser superficial, disminuyendo con ello capacidades tales como; concentración y comprensión, dando lugar a que nuestro cerebro no se ejercite como se ha de desear, perdiendo capacidad para procesar y almacenar la información y los recuerdos.

Razonar, construir un pensamiento lógico y almacenarlo, llega aparejada una buena dosis de neuronas y que éstas puedan establecer puentes entre si. Esto solo se logra gracias a la concentración en todo aquello que hacemos. Pero la realidad es que mayoritariamente nos pasamos una excesiva cantidad de tiempo sumidos en el mundo de las nuevas tecnologías y virtualidades. Es tal el tiempo, que necesitamos que estos aparatos dispongan de una aplicación para poder dejar de utilizarlos pasado un tiempo determinado.

Pienso yo que mejor que utilizar esta aplicación, tendríamos que vivir tiempo conectados a la vida física y real. Disfrutar de una conversación cara a cara con otras personas, estando ahí, presente s en esos lugares y no tener una vida de semi-presencia. Debemos tener experiencias reales, las cuales quedan almacenadas en nuestra memoria formando parte de los recuerdos vividos, alimentando nuestra capacidad de comunicación y socialización, ayudando así a que nuestro cerebro se ejercite.

No, no es lo mismo; ver, oír, hablar a través de aparatos tecnológicos, que vivir escuchando, olfateando el entorno, la vida real, sentir sus sonidos, sus influjos, olores, y escuchar la voz de nuestros interlocutores, no, no es lo mismo.

Resulta paradójico, que cada vez nos interesemos más por la adquisición de tecnologías con mayor capacidad de almacenamiento de datos, mayor rapidez de análisis de temas y con mayor acceso a la comunicación. ”Todo ello más o menos relevante, más o menos útil, y de no muy buen resultado de cara a saber socializarnos mejor a través de ellos”. Y en cambio estamos debilitando y empobreciendo la mejor y más sofisticada herramienta que hoy día se conoce: el cerebro humano.

Un ejemplo de “relevante información”, es la que pude leer en una de esas famosas páginas web, existentes en la red, ojo al dato:

“una encuesta llevada a cabo entre jóvenes de 14 a 18 años y que mantienen relaciones sexuales bajo los efectos del alcohol desvela que no utilizan métodos de protección contra las enfermedades de transmisión sexual, además de incrementar el riesgo de embarazos no deseados”. ¡Vaya información, muy poco conocida eh!.

Como sigamos así terminaremos como ese personaje de un chiste que dice así: “de todas las cosas que he perdido en mi vida la que más echo de menos es mi cerebro”.

Pero da igual como aún me quedan 5 minutos de concentración aprovecho para comentar que a causa del cambio climático el correcto desarrollo de los huevos de algunas especies de aves y reptiles – los cuales dependen de que se mantengan unas condiciones determinadas de temperatura – se están debilitando a causa del recalentamiento que sufren debido a la progresiva elevación de las temperaturas medias estacionales, disminuyendo así el número de ejemplares de algunas de estas especies.

Pues sí, sí se puede prestar atención y ejercitar la concentración en un texto tan breve. Digo breve pues aún me quedan más de 1,45 minutos para llegar a ese límite diagnosticado.

M.A.I.S.


SOBRE EL ARTE por TIBU

arte

Según el diccionario de la RAE, el arte es: 1. Virtud e industria para hacer algo. 2. Acto mediante el cual imita o expresa el hombre lo material o lo invisible, y crea copiando o fantaseando. 3. Conjunto de reglas para hacer bien algo. 4. Cautela, maña, astucia. 5. Aparato para pescar. 6. Lógica, física, o metafísica.

Max Scheler, creador del evolucionismo místico, sostiene que el hombre no es más que el portavoz del Universo, y que la obra creadora más pura, el arte, no se opone a la naturaleza, sino que la continúa y la supera. La idea del arte como imitación de la naturaleza es la más antigua de cuantas se han utilizado para su definición y procede de Platón y Aristóteles. Para Platón la idea de Belleza es la idea suprema, que se identifica con la idea de Bien. La pintura, la poesía, la escultura, son artes de imitación, pero no la idea pura, sino de las apariencias naturales que son su reflejo. Aristóteles reduce el Arte a mímesis o imitación. En las teorías renacentistas, las de Leonardo Da Vinci entre otros, el artista es casi un dios, que en lugar de imitar a la naturaleza, la conoce según principios creados por la mente humana. El punto de partida del pensamiento idealista se encuentra en Kant, quien se opuso a la idea de imitación, pues para él, el arte bello es la obra del genio. Hegel, considera que el propósito del arte es manifestar la verdad bajo la forma de representación sensible.

El arte no es necesariamente creativo. Para el ser humano el arte no es una meta sino un medio. El arte antiguo tiene cierto contenido interior. En tiempos antiguos el arte cumplía el propósito que ahora ocupan los libros: guardar y transmitir cierto conocimiento. Antiguamente no se escribían libros, el conocimiento se expresaba mediante obras de arte. De hecho, si sabemos interpretarlo, en ese arte antiguo encontraremos muchas ideas, incluyendo la música como arte por supuesto, y los hombres de aquella época tenían ese concepto del arte.

Cuando vemos danzar, vemos la forma exterior: belleza y técnica. Pero si conseguimos sobrepasar esa somera visión, observaremos que, entre otras, el propósito de la danza es el estudio. Algunos movimientos llevan implícitos cierta evidencia en ellos mismos, un conocimiento definido, o ideas religiosas y filosóficas.

Por tanto, los movimientos tienen dos fines: el estudio y el desarrollo. Como en todo en la humanidad hay que diferenciar occidente y oriente. El arte occidental contiene mucho de externo, a veces incluso filosofía. A diferencia de éste, el oriental es preciso, matemático, sin manipulaciones. Es una forma de escritura.

Pasa lo mismo con las ceremonias religiosas. Al principio tenían significado y quienes las ejecutaban lo comprendían. Poco a poco ese significado se olvidó y las ceremonias se volvieron mecánicas. Con el arte sucede lo mismo.

Estamos bajo ciertas leyes y no podemos resistirnos a las influencias externas. Imaginaremos resistíamos a las influencias externas. Imaginemos que llegamos a una monasterio. Aún a pesar de no ser religiosos, e incluso ateos, lo que allí tocan y cantan nos evoca el deseo de orar. Este arte objetivo está basado en leyes, mientras que la música moderna es enteramente subjetiva.

El conocimiento de estas leyes es necesario: matemáticas y física.

En oriente tienen la misma octava que en occidente, de do a do. La diferencia es que aquí, en Occidente dividimos la octava en siente, mientras que allá, en Oriente, tienen diferentes divisiones: en 48, 7, 4, 23, 30, etc. Pero la ley es común para ambos: de do a do, la octava. Cada nota a su vez contiene siete. A oído más sensible, mayor número de divisiones.

En occidente se usan cuartos de tono porque nuestros instrumentos, salvo el violín, viola, cello, y contrabajo, no tienen divisiones menores. En Oriente usan hasta séptimos de tono.

Volviendo a la octava, el resultado es que el do siempre regresa. El hombre está también construido con arreglo a dicha Ley. Sirve como un aparato hecho para el desarrollo de esta ley. Yo me alimento, pero la naturaleza me ha hecho para cierto propósito: debo evolucionar. Yo no como para mí mismo, sino para un propósito exterior. Como pan y también ingiero aire e impresiones. Es la Ley de la octava. Si tomamos cualquier nota puede llegar a ser un do. El do puede llegar hasta re y mi sin ayuda, pero para llegar al fa necesita de una ayuda externa. Esta ayuda externa ayuda al do a cruzar un lugar difícil. Después de esto no necesita de ayuda hasta llegar si, pero no puede ir más lejos por sí mismo. Nuestra meta es ayudar a que se complete la octava. Si, es el punto más elevado en la vida normal ordinaria, y es la materia desde la cual se puede construir un nuevo cuerpo.

Cada do es en sí mismo una octava entera. Hay muchos instrumentos musicales que de este do, pueden producir siete notas. Cada una de estas siete notas es un do. Cada mitad tiene siete unidades en sí misma y cada una, al ser dividida, resulta en otras siete unidades.

Como expuse en el comienzo, la esencia de la Ley Universal, de la que emana todo conocimiento, son física y matemáticas. La ley de las octavas por tanto tiene su origen en ambas.  Los antiguos herméticos defendían dos leyes: 1. “Como es arriba es abajo” y 2. “Todo vibra”.

Es curioso que el origen, el desarrollo y el fin de todo esté oculto en do, re mi, fa sol, la si, jajajajaj.

Tibu 


LICANTROPÍA DE OZ por EL LOBO TXAPELA

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¿Hacia dónde camina el hombre sin rumbo? Otra pregunta que se contesta sola. Si no lleva rumbo seguramente no llegue a ninguna parte. Mira hacia un lado y hacia el otro sin saber siquiera lo que busca. ¿Cuándo dejó de saberlo? No lo sabe ni él. Demasiado es que aún tenga ganas de caminar.

Perdido por completo, parece a veces un loquito, si ve un pajarillo lo llama tendiéndole su mano creyendo que este se posará en ella y sabiendo a la vez que no será así. Le dan ganas de hablar con las flores que encuentra a su paso, será que ya no confía en nadie para hacerlo y está a punto de recurrir a las plantas, si es así, mal vamos.

En su camino tropieza continuamente con lo que está mal, pero que cien metros más adelante está bien, así es fácil volverse loco, volverse o seguir estándolo, el caminante ya no lo sabe.

No encuentra consuelo ni en su reloj, que es imparable, aunque se le acabe la pila, el tiempo sigue corriendo, no en su calendario, que aunque sea del año pasado seguro que por ahí en alguna pared hay uno que sigue aguantando como alguien borra sus días.

Tiene poco terreno por el que deambular pero la senda que tiene a sus pues y la que tiene en su mente están ahí y han de recorrerse para bien o para mal.

En este tortuoso camino a veces se cruza con alguien que le tiende una mano, por cada vez que pasa esto, antes se cruzó con cien “álguienes” que le tendieron una trampa. Ni el hombre ni el lobo se acostumbrarán nunca a sendas sin rumbo, a caminos tortuosos, a trampas ni a jaulas.

Durante cuántas lunas aguantan hombre y lobo, lobo y hombre, sin saber cuál es su razón de ser, ni su cometido, ni su propósito, ¿cuántos amaneceres resisten ambos lejos de su manada o de su familia? ¿cuántos caminos vacíos serán capaces de recorrer para nada?. El caminante que yo conozco es un licántropo castrado, cualquier día se para, o abandona el camino.

¿Qué busca el hombre del camino de baldosas grises? ¿un corazón? No!, ya lo tiene, es casi lo único que le queda, aunque en mal estado. ¿Un cerebro? No!, ya tienen uno, uno que quizá no siempre funcionó bien, pero que le sirvió para sacar adelante a los suyos con total dignidad, a base de esfuerzo y trabajo, y amor mucho amor, el amor que destila todavía por ese corazón maltrecho del que hablábamos antes.

¿Busca entonces valor? ¿valor para qué? ¿para no derrumbarse? ¿para morder, para defenderse, para seguir hacia delante?

No muerde porque no quiere, defenderse sería mala idea, seguir hacia delante es difícil, sobre todo cuando debería sacar el lobo que tiene dentro, y en vez de hacerlo se limita a ver a sus presas reírse de él en lo alto de una ladera a ambos lados del camino del que no quiere ni el polvo. Algún día se sacudirá los zapatos, como una vez hizo una religiosa castellana en los cuatro postes de Ávila a la vez que soltaba una retahíla de improperios a pesar de su condición de monja.

Derrumbarse es lo que le queda, pero este lobo de raza no piensa sucumbir al acecho que sufre y seguirá caminando sin lanzar bocado hasta que el interminable sendero le lleve a un claro que no le sea desconocido, a una pradera junto a su manada, junto a su familia que es lo único que le da valor, que le hace usar su cerebro y que hace latir su corazón.

El Lobo Txapela


DESDE EL PENSAMIENTO por SAMOYEDO

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Esta curiosa sección me encanta ya que todo lo que hacemos en esta vida nace desde el pensamiento. Pensamientos de todas las clases que pasan por nuestra mente, fantasías, sueños, deseos, actos y consecuencias derivadas de ese pensamiento tanto bueno como malo.

Un pensamiento tuvieron los grandes genios a la hora de crear cosas maravillosas para la humanidad. La medicina, la escritura, matemáticas y tantas y tantas cosas salieron de un pensamiento.

La condena de cada uno de nosotros se materializó cuando el pensamiento de un juez fue de su cabeza a la boca para dictar sentencia. Pobre de él si supiera los pensamientos de cada uno al cual condenó.

Este escrito desde mi pensamiento, da tanto de sí que podría escribir sin parar durante años y años. La mente es como el universo. Un lugar de infinitos pensamientos necesarios para poder vivir aunque sea pensando en las nubes o en las musarañas como nos solían decir cuando estábamos distraídos en clase o simplemente recreándonos en un pensamiento bonito, como pensar en la personas que nos gusta aunque sin pensarlo se nos caiga la baba.

Piensas, luego existes, y eso ya simplemente es algo fascinante y maravilloso. Tus pensamientos son únicamente tuyos y nadie te los puede adivinar, ni arrebatar, pero solo se materializan si tú lo deseas. Lo bueno que tiene todo esto es que tú eliges lo que haces con ellos y si te servirán  para bien o para mal. Mientras lo pensáis os dejo un pensamiento mío expresado en unas letras:

 

MÁS ALLÁ DE LAS REJAS

 

Pides a gritos la libertad

Para saborear la vida

Ahora te das cuenta

De lo que dejaste atrás.

El canto de un canario

Observar la ciudad

Pasear por el campo

Poder a tu madre besar.

Aquí llega la cordura

Tienes tiempo para pensar

Y ves todo aquello

Que no valoraste jamás

Más allá de las rejas

Hay un mundo de ilusión

Donde podrás encontrar

La paz dentro de tu interior.

Más allá de las rejas

Te queda mucho por vivir

Esto tan sólo es un sueño

Que pronto se pasará

Puedes encontrar el amor

Hacer bien a los demás

Arrepentirte de todo

Y después olvidar.

Nada dura para siempre

La fecha escrita está

Y has de estar preparado

Para salir en libertad

Desde lo más profundo de mis pensamientos y de mi corazón os deseo a todos que a partir de ahora todo os vaya mejor. Puedes estar preso físicamente, de pensamiento y de corazón siempre serás libre. Aprovéchalo.

Por Samoyedo